Descripción del ministerio para líderes de iglesias locales

Introducción

Dios ordena que la iglesia sea una confraternidad con un propósito en común, que continuamente crezca en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios. Pablo describe la iglesia como “ . . . su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo” (Efe. 1:23). Dios nos llama a entrar en Su cuerpo con el propósito de establecer una relación salvadora con Él y para estar en comunión los unos con los otros. El Espíritu Santo trae convicción a nuestras mentes, nos lleva al arrepentimiento y nos coloca dentro de Su iglesia.

En la iglesia se experimenta la presencia de Jesucristo; el mundo experimenta la presencia de Jesucristo por el testimonio de la iglesia. El servicio que la iglesia local presta al mundo es una expresión del amor de Cristo hacia el mundo. Representa el cuerpo de Cristo suministrando las necesidades del mundo, y funcionando, bajo la dirección del Espíritu Santo, como una agencia de salvación. La iglesia ha sido creada para servir al Señor con amor y alabanzas, y al mundo en humildad. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efe. 2:10).

Cada miembro de la iglesia es llamado a ministrar. La iglesia es un reino de sacerdotes (1 Pedro 2:9). La responsabilidad nuestra es hacia los de la iglesia y hacia los del mundo. El Asistente de la Escuela Sabática de jóvenes, como los otros oficiales de la iglesia, es un siervo de Dios ministrando a los demás. Cada creyente es llamado al ministerio, concedido dones espirituales por el Espíritu Santo, y por medio del bautismo, investido para que desempeñe su ministerio. (Efe. 4:11-12). Como Asistente de Escuela Sabática de jóvenes, es importante considerar a los jóvenes como parte de la iglesia actual; no sólo como la iglesia del futuro.

Responsabilidades del Asistente de la Escuela Sabática de Jóvenes

Aunque puede variar de iglesia en iglesia, en general estas responsabilidades incluyen los siguientes componentes:

  1. La enseñanza. A menudo será su responsabilidad enseñar la lección de la Escuela Sabática. En las iglesias más pequeñas puede haber solo una clase. En las iglesias más grandes pueden existir varias clases, cada una con su maestro. El uso de las técnicas del grupo pequeño y los varios estilos de aprendizaje son esenciales para el éxito de esta actividad. Esto requiere dedicación de tiempo. No es posible atender eficazmente a las necesidades de los adolescentes si simplemente le da una mirada ligera a último minuto a los materiales instructivos. Los materiales de estudio de la Escuela Sabática para los adolescentes, producidos por la División Norteamericana, tratan temas actuales y a veces temas delicados como la sexualidad, elección de vocación, el significado de la vida, la muerte, las normas éticas, etc. No se puede enseñar estos tópicos con una preparación casual. Tampoco puede influir en la vida de los adolescentes en forma significativa, utilizando materiales “más fáciles” o sólo doctrinales.
  2. Programación. Quizás una vez por mes o por un mes de cada trimestre usted tendrá la responsabilidad de planear y organizar las partes especiales y las actividades de grupo durante la primera parte de la Escuela Sabática de jóvenes. Estos generalmente incluyen la música, la oración de apertura, momentos de confraternalismo y testificación, una presentación educativa o espiritual, tal como un invitado especial, una película o video, una dramatización, una mesa redonda, o un juego de aprendizaje o de simulación. Se puede encontrar ideas y recursos en Youth Ministry Resource Magazine, Visión Juvenil, y materiales afines procedentes de casas publicadoras cristianas. Los mejores programas son los que incluyen abundante participación de los adolescentes; tanto en la planificación como en las presentaciones.
  3. Consejero espiritual. Los jóvenes con problemas espirituales y personales, acudirán con preguntas e inquietudes que requieren respuestas. Llegará a servir, por así decirlo, como un puente para unir el golfo o abismo que quizás se haya formado entre el joven y su familia. Los jóvenes son muchas veces tímidos, por lo tanto, respete la dignidad del joven. La habilidad de escuchar, de oír solamente al que necesita ayuda, es vital para poder contribuir al bienestar del joven.
  4. Trabajar en equipo. Los miembros del grupo bajo su liderazgo necesitan saber que pueden depender de usted y que su asistencia y participación son estables y confiables. Debe comunicarse regularmente con los líderes de las divisiones de la Escuela Sabática y otros. Pueden pedirle que asista a una sesión de planificación una vez por trimestre, y este es el momento de compartir sus ideas sobre las necesidades de los adolescentes con quienes trabaja, poner todo en orden y coordinar los horarios de actividades. Si existen desacuerdos o confusión entre los líderes, los adolescentes se darán cuenta y su participación se disminuirá de inmediato.
  5. La música. Si tiene talentos especiales con el piano y la guitarra, o de organizar grupos cantantes, puede ser que esta es la razón porque le han pedido que ayude con la juventud de la Escuela Sabática. Entre los jóvenes la música forma una parte importante de la adoración al Señor y el compañerismo entre ellos mismos, pero no les llama la atención los “servicios de canto” tradicionales, especialmente cuando están mal organizados. El ministerio de música con la juventud requiere creatividad y recursos modernos. Existe un himnario de jóvenes, “He Is Our Song” (Review & Herald Publishing Association, 1988). En la lista a continuación se encuentra información sobre el uso de los equipos de alabanza (Praise teams).

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